Tras un discretísimo noviazgo, lejos de los focos y rodeados de apenas treinta invitados, David Bisbal y Rosanna Zanetti celebraron su boda en la sierra segoviana de Ayllón. La novia nos cuenta en exclusiva los detalles desconocidos de su enlace
Lo cierto es que, al cumplirse un año como novios, la pareja decidió inscribirse en el juzgado como pareja de hecho en el municipio madrileño de Ajalvir y, durante un viaje, él le pidió matrimonio. Hasta ahora, ninguno de los protagonistas había revelado los detalles de su boda. En exclusiva para Vanitatis, Rosanna nos cuenta como vivieron ese gran día, empezando por el principio de su bonita historia de amor. «Nos presentó un amigo común, no es ningún secreto. Pero no quiero dar muchos más detalles de ese momento. No todo tiene que ser de dominio público. Hay cosas que es bonito dejarlas solo para uno, ¿no te parece?», apunta nuestra protagonista.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F607%2Fb5e%2F756%2F607b5e7561d45c6650ab74aaedcfa687.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F607%2Fb5e%2F756%2F607b5e7561d45c6650ab74aaedcfa687.jpg)
Finalmente, tras casi dos años de noviazgo y seis meses de compromiso, Rosanna y David decidieron casarse. «Recuerdo que vivimos los preparativos con muchísima ilusión. Teníamos muy claro que queríamos una boda sin flashes ni estridencias, pequeña, muy íntima —los invitados apenas llegaron a treinta—, pero también que resultara muy especial. Para organizarla contamos con la ayuda del equipo de wedding planner de Alberto Escribano que, además de organizar con mimo cada detalle: la música, los menús, la decoración… Captaron inmediatamente nuestra personalidad y consiguieron crear un ambiente ensoñador, familiar y lleno de magia Justo lo que queríamos», nos cuenta la modelo.
Un día de verano al aire libre
El lugar elegido para la celebración fue Los Claustros de Ayllón, un bucólico enclave situado en el corazón de Segovia, a solo hora y media de Madrid que, como nos cuenta Rosanna, les conquistó desde el primer momento. «Nunca había estado en Ayllón, pero durante una de las reuniones que tuvimos para buscar la localización surgió esta opción y no lo dudamos. No hizo falta ver ningún sitio más. El lugar tenía un encanto único: un antiguo monasterio franciscano con más de 800 años de historia, rodeado de jardines impresionantes y con un atrio majestuoso que, con sus campanas centenarias, parece transportarte a otra época. Nuestro amigo, el fotógrafo Félix Valiente, se encargó de captar todos los detalles».
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbbc%2F7fe%2F7dc%2Fbbc7fe7dcee9d70dd2f92dce2592983f.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fbbc%2F7fe%2F7dc%2Fbbc7fe7dcee9d70dd2f92dce2592983f.jpg)
Previo a la ceremonia religiosa, rodeados de naturaleza y entre las antiguas ruinas del claustro, se celebró un almuerzo que la novia recuerda como uno de los instantes más especiales del día. «Fue un momento especialmente íntimo, alegre, con mucha conexión. Poder reunir a nuestras familias y amigos, algunos de ellos llegados de distintas partes del mundo, sentirlos cerca y compartiendo nuestra felicidad fue un privilegio para nosotros».
La liturgia de la boda comenzó a las siete de la tarde bajo los acordes de un cuarteto de músicos que, solo con violines, violas y violonchelos, tocaron en directo durante más de hora y media. El cantante eligió un esmoquin azul noche realizado a medida en lana y seda firmado por Félix Ramiro, combinado con camisa blanca y pajarita a juego. «Ni David ni yo estuvimos nerviosos en ningún momento. Al contrario, vivimos cada momento muy tranquilos, felices y con mucha emoción», recuerda Rosanna.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb0e%2F1bd%2F973%2Fb0e1bd973baa893c89d9b8fe23f9f576.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb0e%2F1bd%2F973%2Fb0e1bd973baa893c89d9b8fe23f9f576.jpg)
Otro de los recuerdos que la novia atesora con más cariño fue su llegada al altar. «Mi padre murió hace varios años y aunque tengo un hermano, tenía clarísimo que si algún día me casaba elegiría a mi madre, Roxana, como madrina. Ella me ha educado, me lo ha dado todo y vivir juntas ese instante tan especial para mí, me hizo muy feliz».
Una temperatura perfecta, las mesas vestidas con manteles blancos de hilo, la decoración floral, creada por la floristería Alfabia con una paleta de colores en tonos neutros y pasteles para acentuar cierto estilo veraniego, y una deliciosa cena celebrada al aire libre servida por Vatella Catering. Un menú en el que no faltaron guiños a la gastronomía española y venezolana. La acogedora luz de las velas blancas iluminando la cena, los apliques de las columnas, los focos enfocados desde el suelo y los múltiples juegos de luces proyectados sobre la torre principal del monasterio y los muros empedrados del claustro hicieron todo lo demás.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1ba%2F782%2F8e3%2F1ba7828e3cb6df667df2203b060e6e16.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F1ba%2F782%2F8e3%2F1ba7828e3cb6df667df2203b060e6e16.jpg)
Poco antes de iniciarse la fiesta, surgió el momento inesperado de la noche. «Por sorpresa, nuestros invitados nos regalaron un vídeo repleto de fotos y recuerdos de nuestra vida, desde la infancia hasta hoy. Ni David ni yo esperábamos algo así y para los dos fue muy, muy emocionante», asegura la novia.
«La fiesta tuvo varios puntos memorables, unos muy emotivos y otros superdivertidos. Y, aunque bailamos muchísimo durante la noche, no hubo vals ni baile nupcial tradicional. ¡David y yo nos moríamos de vergüenza, solo de pensarlo! Lo que sí hubo fue un maravilloso escenario en el que actuó un grupo de cantaores y bailaores de flamenco en directo que nos conquistaron a todos. Por supuesto, no faltó la música latina, algún tema de jazz… Lo pasamos genial y David y yo fuimos, literalmente, los últimos en acostarnos. ¿Qué si David cantó? No, no. Ese día no tocaba trabajar, sino disfrutar de nuestra fiesta».
El mismo día del enlace, a las doce de la noche y a través de sus redes sociales, fue el propio Bisbal quien compartió su felicidad con todos sus fans. «Ni en sueños habríamos imaginado una boda más perfecta, romántica, emotiva y discreta. Estamos muy felices y muy emocionados y queremos compartirlo con vosotros», escribió.
Dos vestidos para una boda al aire libre
«Cuando empecé a pensar en mi vestido de novia, tenía claro que elegiría un diseño clásico, elegante, de líneas simples, cero recargado y, sobre todo, atemporal. Quería que pasado el tiempo, al repasar las fotos, me siguiera gustando tanto como el día de mi boda», explica Rosanna. «Recuerdo que viajé a Barcelona para realizar una primera jornada de pruebas con Hervé Moreau, director artístico de Pronovias. Probamos diferentes estilos, siluetas, cortes, tejidos… Disfruté mucho de todo el proceso creativo. Finalmente, me decidí por un romántico vestido blanco liso, realizado en crêpe, de corte sirena, con escote corazón y hombros descubiertos, que me hizo feliz». El modelo, creado en exclusiva para ella y al que se le dedicaron más de 100 horas de trabajo, se completaba con una impresionante capa-cola de tres metros de largo rematada con una delicada línea de botones y un larguísimo velo de tul.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fab1%2F026%2Ff81%2Fab1026f81445a4364c74d0e084aba480.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fab1%2F026%2Ff81%2Fab1026f81445a4364c74d0e084aba480.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6d8%2F66c%2F7fe%2F6d866c7fe47badd8f6c8e50444e4ecac.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F6d8%2F66c%2F7fe%2F6d866c7fe47badd8f6c8e50444e4ecac.jpg)
«Tanto la cola del vestido como las mangas, ligeramente caídas, eran desmontables, lo que me permitió lucir diferentes looks en cada momento de la celebración y disfrutarla con absoluta comodidad», subraya la novia. Unas cómodas sandalias compradas en Estados Unidos y un ramo bouquet de peonías rosas y blancas, la flor favorita de la novia, creado por Alfabia, redondearon el outfit nupcial.
Las joyas elegidas fueron el anillo de pedida y un conjunto asimétrico con dos pendientes trepadores y un piercing a juego, ambos de oro blanco y piedras preciosas naturales, diseñados especialmente para ella por la firma Gold & Roses. Del maquillaje, en tonos muy naturales, y el peinado, un recogido ligeramente deshecho a la altura de la nuca, se encargó por el estilista Dani Rull.
Previamente, durante el almuerzo, la modelo venezolana lució otro vestido corto firmado por Juana Martín, una de sus diseñadoras favoritas. Una prenda con delicados bordados florales en el cuerpo y falda con vuelo tipo skater, que combinó con unos diminutos pendientes de perlas de Vidal & Vidal y una diadema con redecilla, obra de la firma Mimoki. David optó por un traje blanco y camisa.
Siete años después de aquella boda sorpresa y con dos hijos en común —David tiene una hija más—, el cantante rememoraba aquel día tan especial en sus redes sociales. «Recuerdo los nervios, pero también la paz tan bonita que sentí. Todo fue como un cuento de princesas y príncipes. Nos acostamos los últimos celebrando nuestro amor y hoy seguimos de fiesta, de risas… Y de celebraciones». También Rosanna derrochaba romanticismo hace escasas semanas en su cuenta de Instagram, escribiendo esta nota: «Feliz aniversario, amor. Toda gran aventura comienza con un ‘sí, quiero’. Te amo infinitamente». ¿Quién puede añadir algo más?