Nuevas revelaciones sobre la llamada telefónica que Nicolás Maduro y Donald Trump mantuvieron el pasado 21 de noviembre muestran que el presidente de Venezuela estaba dispuesto a abandonar su cargo y dejar el país, pero a cambio de unas demandas y garantías que la Casa Blanca rechazó.

Según han reportado Reuters y el Miami Herald, en la conversación entre ambos mandatarios, que duró menos de 15 minutos, Maduro manifestó que aceptaría dejar Venezuela si Estados Unidos garantizaba amnistía total para él y su familia, el levantamiento de todas las sanciones en su contra y la intervención de Washington para frenar el proceso que enfrenta ante la Corte Penal Internacional. También pidió que se anulara el castigo económico impuesto por Washington a más de un centenar de altos cargos de su gobierno, incluidos responsables acusados en EEUU de narcotráfico, corrupción o violaciones de derechos humanos.

Además de las exigencias jurídicas, el mandatario habría planteado que la vicepresidenta Delcy Rodríguez encabezara un gobierno interino encargado de organizar nuevas elecciones. Un esquema que permitiría al chavismo mantener el control del aparato estatal, especialmente de las Fuerzas Armadas, durante el periodo de transición.

Washington rechazó estas condiciones casi por completo. Según Reuters, el único punto que la Casa Blanca aceptó considerar fue un salvoconducto limitado para que Maduro abandonara Venezuela junto con su familia. Un plazo que venció el pasado viernes sin que el mandatario venezolano diera una respuesta favorable. Al día siguiente, Trump anunció públicamente que el espacio aéreo venezolano debía considerarse cerrado, muestra de que el ultimátum había finalizado.

El intercambio tuvo lugar en un contexto de fuerte presión militar y jurídica. Días antes de la llamada, el Departamento de Estado había designado al llamado Cartel de los Soles como una organización terrorista. Washington sostiene que esa red involucra a Maduro y a varios altos cargos civiles y militares. La designación permite una mayor libertad de acción militar sin nuevas autorizaciones del Congreso.

Al mismo tiempo, Estados Unidos ha intensificado sus operaciones en el Caribe con el despliegue del portaaviones USS Gerald R. Ford, un submarino nuclear y varios destructores y cazas F-35. Desde septiembre, las fuerzas del país han destruido más de veinte embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico y dejado más de 80 muertos en el proceso.

La llamada entre ambos gobiernos, según el Miami Herald, estaba pensada como un último intento para evitar un escenario de confrontación directa. El periódico señala que Estados Unidos exigió la renuncia inmediata de Maduro y su salida del país junto con su núcleo familiar. También planteó que la oposición fuera quien asumiera la transición política y que el control de las Fuerzas Armadas quedara en manos de una autoridad consensuada. Después del anuncio de Trump sobre el cierre del espacio aéreo, el gobierno venezolano intentó establecer una nueva comunicación con Washington, pero no obtuvo respuesta, según las fuentes citadas por el diario.

A pesar de la falta de avances, un funcionario estadounidense consultado por Reuters señaló que una salida negociada no está completamente descartada. Sin embargo, cualquier posible acuerdo requeriría cambios sustanciales en la posición de Caracas. En Venezuela, Maduro ofreció este lunes una aparición pública en la que aseguró que el país se mantiene unido y denunció que Estados Unidos busca un cambio de régimen para apropiarse de los recursos naturales venezolanos. La administración Trump, por su parte, convocó Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca para discutir nuevas posibles medidas.

FUENTE: EL CONFIDENCIAL 




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