Norka Sierralta de Villarroel nació en Adícora, estado Falcón, en el año 1947. Seguramente fue presentada en el registro civil de la capital del estado. Por tal motivo, su partida de nacimiento indica que nació en Coro. Es bien sabido que esa era una práctica normal en la llamada «Venezuela rural»: en todos los pueblos interioranos no existían registros civiles o alguna autoridad para tales efectos, por lo que se trasladaban a las ciudades importantes más cercanas. Hasta por razones sociales y culturales, las personas preferían registrar el nacimiento de sus descendientes en ciudades o localidades de mayor significación.
Según asegura la propia Norka, su apellido Sierralta se deriva de la «venezolanización» del apellido germano Hoheberg, una supuesta familia de origen noble que se habría establecido en Venezuela en el siglo XV. Al respecto, no encontramos ninguna evidencia histórica. Es la hija mayor del otrora célebre e influyente abogado Morris Sierralta.
«Adícora es un pueblo que se encuentra en la costa noreste de la península de Paraguaná, en Venezuela, específicamente en el municipio Falcón y a 24 kilómetros al sur de la isla de Aruba. Cuenta con un aeródromo.
El pueblo comenzó a conocerse en 1565, beneficiado por sus características geográficas de cabo. En 1830 fue declarado puerto habilitado para importaciones y exportaciones con la intención de darle fuerza al comercio, produciéndose a partir de ese momento un importante intercambio comercial con las Antillas neerlandesas en el Caribe, así como con otras islas.
Hasta gran parte del siglo XX, en sus costas estuvieron atracados diversos barcos de vela, principalmente goletas, balandras, botes o tres puños, así como embarcaciones pesqueras más pequeñas. Estas últimas aún se pueden observar en sus costas y continúan echadas a la mar en busca de peces como el carite, cazón, pargo, jurel, chucho y la manta raya, entre otros.
Para mediados de la década de 1940, Adícora quedó prácticamente despoblada debido al desplazamiento de sus habitantes hacia las zonas de refinación petrolera. A partir de la década de 1960, Adícora resurgió como lugar turístico».
Raíces en el fango
Norka Sierralta de Villarroel, matrona del clan familiar que por más de 45 años controló la Cruz Roja de Venezuela, defendió a Blanca Ibáñez (juicio por corrupción) y divorció a Jaime Lusinchi. Es hija de Morris Sierralta, abogado de Pérez Jiménez. Aquí su perfil:
La historia se encuentra en el n.º 24 de la revista Exceso (1991), en una entrevista realizada por Faitha Nahmens (titulada «Blanca es su cruz»), que expone la biografía de la abogada que fundó la dinastía Villarroel-Sierralta.
Hoy es noticia por el escándalo en la Cruz Roja. Hija mayor del «tótem» Morris Sierralta, abogado dueño de la firma Sierralta & Asoc., quien tuvo entre sus casos más sonados las defensas de Pérez Jiménez, Blanca Ibáñez y del propio Jaime Lusinchi. Norka, socia del bufete familiar, era experta en sentencias de divorcio.
Egresada de la USM en Derecho (1969), con especialidad en Penal y Criminología en la UCAB. Fue fiscal encargada en la Fiscalía 2.ª desde 1972 hasta 1978. En la entrevista menciona un récord de más de tres mil sentencias de divorcio, entre ellas, las de varias figuras de la farándula nacional.
Conoció a Mario Villarroel Lander en la firma Sierralta & Asoc., donde ambos eran abogados litigantes, y luego se casaron. De la unión tuvieron tres hijos varones (Mario, Morris y Miguel Ángel) y luego a Marión. Desde los años ochenta, la familia comenzó a desarrollar un emporio.
En la entrevista, Norka dice que se codeaba con figuras del jet set y la farándula. Asidua colaboradora de RCTV, llevó los divorcios de Lila Morillo y «El Puma», Miguel Ángel Landa y Mirla Castellanos, entre otros, mientras Villarroel atendía la defensa del exministro Vinicio Carrera.
En esa época exhibía un Rolls-Royce y dos Mercedes-Benz que, según la fuente citada, «reiteran la solvencia económica». Bien lejos, en el hospitalario Miami, dos quintas coronan la ristra de propiedades declaradas.
La gestión de Mario en la Cruz Roja comenzó en 1978. Este hilo podría ser una nota de «crónica social», pero sirve para exponer cómo en más de 40 años la familia Villarroel-Sierralta fue creando una trama de relaciones e influencias con buena parte de los gobiernos de la Cuarta República según La Tabla. Ver entrevista.
Tengamos claro algo: Norka era una “niña rica” que se enamora de este oportunista, quien ingresa a trabajar en el bufete de abogados de su padre, donde se da a conocer y a la larga llega a ser más poderoso y acaudalado que su suegro. Una historia bien parecida a la del banquero Víctor Vargas y su primera esposa, Carmen Santaella.
Pero eso no es todo.
TABLAZO: Expresidente de Cruz Roja Venezolana y su familia fundaron 18 compañías en los últimos 40 años.
Personalmente, este caso nos recuerda mucho al de la relación conyugal que sostuvieron los hoy difuntos Agustina Martín y Óscar Yanes. Su trágico desenlace fue la consecuencia de la desatención, la ausencia de amor y la soledad que padeció Agustina, ya que “Chivo Negro” vivía su propia “vida de soltero”. Eso para nadie era un secreto en Caracas, como tampoco lo es en este caso. ¡Cuántas veces no ha tenido que celebrar, en los últimos años, fechas importantes doña Norka, mientras don Mario “Corleone” se daba la gran vida, cual sultán, rodeado de jóvenes y hermosas chicas!
Hasta no hace mucho, Morris estaba seguro de que cualquier “fricción” la podía arreglar su “papi” con una invitación a desayunar; invitaciones que nunca acepté y de lo cual podrían dar fe algunos amigos en común.
Nunca podré olvidar cómo Marco Aurelio Quiñones, sempiterno “secretario” de Juan Guaidó, en el momento estelar del “interinato”, hacía alarde de su cercanía a Villarroel Lander, de las frecuentes reuniones en su casa, donde se tomaban importantes decisiones del TSJ, y de las gestiones como jefe de RRPP de Nelson Bocaranda.
Hoy, Mario Villarroel Lander padece un agresivo cáncer de pulmón con metástasis que le augura poco tiempo de vida, mientras que la “Duquesa de Adicora” sufrió un daño emocional irreparable, tanto en su espíritu como en su salud mental. En su honor, compartiremos esta canción:
En un intento desesperado por mejorar su imagen familiar, los Villarroel Sierralta hicieron público, un par de años atrás, este vídeo navideño:

“Así recibió el Año Nuevo el expresidente de la Cruz Roja Venezolana, Mario Villarroel. Disfrutando de las distintas propiedades que tiene en USA y Europa, producto del dinero sucio obtenido por tráfico de influencias. En la historia de Venezuela siempre será recordado como un mafioso”.
En una próxima entrega conocerán detalles de los frecuentes viajes a Ginebra, Suiza, de don Mario “Corleone”, en los cuales se aprovechaba de su cargo en la Cruz Roja Internacional para trasladar grandes cantidades de dinero en efectivo, provenientes de altos jerarcas del TSJ, para ser depositado en cuentas cifradas en bancos suizos.
Mañana en la tercera entrega: “Popy ataca de nuevo o la venganza del «Capitán Argolla”.
Tomado de Reporte