En febrero de 2023, Víctor de Aldama, señalado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil como el «nexo corruptor» en la trama Koldo, organizó una cacería en una finca de Ciudad Real. La peculiaridad del evento radicaba en sus invitados: miembros de las agencias de inteligencia estadounidenses, incluidos el FBI y la CIA. Según reveló el diario El Mundo, la montería fue solicitada por la unidad especializada UCE-2 del Instituto Armado, con la que Aldama colaboraba, con el objetivo de estrechar lazos con los funcionarios norteamericanos. El coronel Francisco José Vázquez, quien un año antes, en 2022, había impuesto a Aldama la medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil por su supuesto «tributo a España», también estuvo presente en la cacería.
Los gastos de la jornada de caza fueron completamente cubiertos por Aldama, evidenciando su papel como anfitrión y facilitador del encuentro. Un detalle significativo, que posteriormente saldría a la luz durante la investigación judicial, es la fotografía tomada durante la montería. En ella, se observa a Aldama y al coronel Vázquez junto a Abel Vecino, agregado del FBI en la embajada americana en España, y un agente de la CIA. La imagen fue confiscada por la Audiencia Nacional durante el registro de los dispositivos móviles de Aldama, pasando a formar parte de las pruebas que investigan las presuntas actividades ilícitas del empresario.
Condecoración controversial: El "tributo a España" de un empresario bajo sospecha
La noticia del encuentro cinegético entre Víctor de Aldama y altos mandos de la Guardia Civil junto a agentes de inteligencia estadounidenses surgió apenas un día después de que se hiciera público otro dato relevante: la condecoración de Aldama con la medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil en 2022. El coronel Francisco José Vázquez, en un video que posteriormente se difundió, justificó la entrega de la distinción, no como un premio o recompensa, sino como un reconocimiento "con el corazón" a un hombre que, según sus palabras, "se siente casi guardia civil". Vázquez destacó los "profundos valores" de Aldama y su "tributo" a la nación española, asegurando que actuaba por "altruismo".
Sin embargo, la situación dio un giro inesperado cuando se reveló que el mismo coronel Vázquez había declarado ante la Audiencia Nacional haber pagado comisiones a ministros y dirigentes socialistas, implicando aún más a Aldama en la trama de corrupción conocida como "caso Koldo". La condecoración, que en su momento se presentó como un homenaje a la contribución desinteresada de Aldama a España, ahora se encuentra bajo escrutinio público, cuestionando los criterios y motivaciones que llevaron a su otorgamiento.
La revelación de la condecoración y las circunstancias que la rodean han provocado una ola de reacciones. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien en un primer momento defendió la entrega de la medalla argumentando que anualmente se conceden miles de distinciones a solicitud de diversas unidades, posteriormente anunció su intención de retirarla a Aldama, tras el escándalo desatado por las investigaciones en curso. La polémica pone en evidencia la fragilidad de los procedimientos de condecoración y la necesidad de una mayor transparencia en la distinción de méritos dentro de la Guardia Civil.
Reacciones y consecuencias: La medalla bajo escrutinio y la sombra de la corrupción
La justificación del ministro del interior, Fernando Grande-Marlaska, sobre la entrega de la medalla a Víctor de Aldama, argumentando la concesión de miles de condecoraciones anuales a solicitud de diversas unidades, no logró apaciguar las críticas. La cifra mencionada, entre 1500 y 2000 distinciones, fue interpretada por algunos sectores como una forma de diluir la responsabilidad en la condecoración a una figura ahora investigada por presunta corrupción. La posterior decisión del ministro de retirar la medalla de la Orden del Mérito de la Guardia Civil a Aldama, anunciada tras la revelación de las investigaciones en curso, evidenció la presión pública y política generada por el caso.
La sombra de la corrupción que envuelve la figura de Aldama, señalado como "nexo corruptor" en la trama Koldo, ha puesto en tela de juicio la integridad de los procedimientos de condecoración dentro de la Guardia Civil. La fotografía incautada en el móvil de Aldama, donde aparece junto a agentes de inteligencia estadounidenses y altos mandos del cuerpo, ha añadido más leña al fuego, alimentando las sospechas sobre las verdaderas motivaciones del encuentro y la naturaleza de la colaboración entre el empresario y la institución.
El caso ha generado un intenso debate sobre la transparencia y los criterios de selección en la entrega de condecoraciones, así como la necesidad de fortalecer los mecanismos de control para evitar que distinciones de este calibre sean otorgadas a personas con posibles implicaciones en actividades ilícitas. La situación ha puesto en una posición incómoda al Ministerio del Interior, que se ve obligado a revisar sus procedimientos y a dar explicaciones ante la ciudadanía sobre un asunto que ha sacudido la imagen de la Guardia Civil.