En un movimiento que ha llamado la atención en el mundo del fútbol español, Juan Carlos Escotet, el multimillonario banquero hispanovenezolano, ha asumido la presidencia del Real Club Deportivo de La Coruña. Este giro en la dirección del club gallego no solo marca un nuevo capítulo en su historia, sino que también subraya la creciente influencia de empresarios venezolanos en el deporte rey de España.
La influencia de Juan Carlos Escotet en el sector bancario se extiende más allá de España y Venezuela. Banesco, bajo su liderazgo, ha expandido sus operaciones a Colombia, Puerto Rico y Miami, consolidando su presencia internacional durante el gobierno de Hugo Chávez. Esta expansión no ha estado exenta de controversia, pues entre otros incidentes, en 2015, el exembajador panameño ante la OEA, Guillermo Cochez, vinculó a Banesco Panamá con presuntas actividades de lavado de dinero relacionadas con el régimen venezolano.
En el ámbito político español, han surgido rumores que sugieren una posible conexión entre Escotet y Alberto Núñez Feijóo. Estas especulaciones apuntan a que Escotet podría estar actuando como testaferro de los intereses económicos del político gallego en el Real Club Deportivo de La Coruña.
Michelle Clemente Escotet, sobrina del nuevo presidente y exfutbolista profesional, ocupará el cargo de vicepresidenta del club. Su trayectoria como jugadora del Dépor Abanca y su experiencia en la selección venezolana sub-17 y sub-20 aportan un toque deportivo a la nueva directiva. Además de su pasado en el césped, Clemente cuenta con formación en gestión empresarial y experiencia, particularmente en el sector financiero.
La nueva vicepresidenta del Deportivo de La Coruña, no solo destaca por su pasado futbolístico. Michelle Clemente Escotet es licenciada en Business Management por la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y cuenta con una impresionante trayectoria deportiva que incluye su participación en el Mundial Sub-17 y Sub-20, así como en el Campeonato Suramericano Sub-17 en 2010, donde obtuvo la Copa Libertadores Hospitality. Su experiencia profesional abarca áreas como Medios de Pago, Marketing y Responsabilidad Social Corporativa, además de su actual incursión en la gastronomía, en Galicia, como propietaria del restaurante BuenaSuegra.
El consejo de administración del RC Deportivo La Coruña se ha planteado proponer a Juan Carlos Escotet, presidente del club y principal accionista de Abanca, el banco propietario del club, la incorporación de un conjunto de nuevos miembros al consejo. Entre estos posibles nuevos integrantes, destaca la figura de Marta Fernández Currás.
Currás es conocida por haber sido la primera conselleira de Facenda (consejera de Hacienda) bajo el mandato de Alberto Núñez Feijóo en la Xunta de Galicia. Durante su gestión, fue la principal impulsora de la fusión de las cajas de ahorros gallegas. Estas instituciones financieras, tras pasar por un proceso de rescate, se transformaron en lo que hoy se conoce como Abanca. Parece no haber sido casual que haya sido el mismo Escotet quien adquirió la entidad resultante en una subasta pública. Ahora, su nombre suena fuerte para liderar el futuro del RC Deportivo.
Sombras sobre el éxito empresarial de un banquero
Escotet, fundador y presidente de Banesco Internacional y Abanca —entidad que ahora controla la totalidad de las acciones del club—, no es un recién llegado al mundo de las altas finanzas. Catalogado por Forbes como la cuarta mayor fortuna de España, su influencia se extiende mucho más allá de los límites del estadio de Riazor.
Sin embargo, el ascenso meteórico de Escotet no está exento de controversia. Su estrecha relación con el régimen chavista en Venezuela ha levantado sospechas sobre posibles vínculos con la corrupción. El crecimiento de Banesco durante el mandato del otrora mandatario venezolano Hugo Chávez, así como su expansión internacional en diferentes países, han sido objeto de escrutinio.
Mientras el Real Club Deportivo de La Coruña inicia esta nueva etapa bajo el liderazgo de los Escotet, surgen interrogantes sobre el verdadero impacto que tendrá esta adquisición en el futuro del club. ¿Logrará el equipo gallego recuperar su antiguo esplendor o se convertirá en una pieza más en el tablero de ajedrez de intereses financieros particulares?
La afición coruñesa, conocida por su pasión y lealtad, ve con una mezcla de esperanza y recelo este cambio en la cúpula directiva. Solo el tiempo dirá si la llegada de Escotet marcará el inicio de una nueva era dorada para el Dépor o si, por el contrario, sumará al club a la lista de entidades deportivas cuestionadas por sus vínculos con capitales de dudosa reputación.
Un ascenso meteórico bajo la sombra del chavismo
Juan Carlos Escotet es un banquero cuya trayectoria ha sido objeto de intenso escrutinio y debate. Nacido en Madrid, e hijo de padres españoles que habían previamente emigrado a Venezuela tras la Segunda Guerra Mundial – César Escotet, oriundo de León, y Haydeé Rodríguez, natural de Asturias -, el fundador del grupo Banesco ha forjado un imperio bancario que se extiende como un puente entre dos continentes. Su ascenso, marcado por una hábil navegación entre las turbulentas aguas de la política y las finanzas, ha trazado un camino que va desde las cálidas costas caribeñas hasta el corazón de la península ibérica, dejando a su paso un rastro de rápido ascenso empresarial y cuestionamientos éticos que continúan alimentando el debate público.
La carrera de Escotet experimentó un auge notable durante el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. Como presidente de la Asociación Bancaria de Venezuela, Escotet gozó de un trato preferencial por parte del régimen chavista. Su entidad financiera, Banesco, creció de manera exponencial en este periodo, beneficiándose de los vínculos con el poder. La cercanía de Escotet con Chávez quedó patente en su participación en eventos exclusivos para empresarios organizados por el mandatario venezolano, quien públicamente reconocía la colaboración del banquero.
La lealtad de Escotet al chavismo se extendió más allá de la vida de Hugo Chávez. En 2013, fue el único representante del sector bancario privado venezolano que acudió al funeral del líder bolivariano en Caracas, un gesto que no pasó desapercibido en los círculos políticos y empresariales.
El Deportivo de La Coruña: ¿inversión deportiva o maniobra política?
Tras consolidar su posición en Venezuela, Escotet dirigió su mirada hacia España, específicamente a Galicia. Allí, bajo la tutela de Alberto Núñez Feijóo, entonces presidente de la Xunta de Galicia, Escotet comenzó a adquirir cajas gallegas, sentando las bases de lo que se convertiría en lo que en la actualidad es Abanca.
La relación entre Escotet y Núñez Feijóo ha sido objeto de intensas especulaciones. En Galicia circulan rumores que sugieren que Escotet actúa como testaferro del político gallego en diversas operaciones, incluyendo la reciente adquisición del Real Club Deportivo de La Coruña.
La presidencia de Escotet en el Real Club Deportivo de La Coruña ha levantado suspicacias. Aunque el banquero ha declarado que su cargo es temporal, sus acciones sugieren lo contrario. El nombramiento de su sobrina, Michelle Clemente Escotet, exjugadora profesional de fútbol, como vicepresidenta del club, indica una intención de control a largo plazo.
Además, la propuesta de incluir a Marta Fernández Currás, exconsejera de Hacienda de la Xunta bajo el mandato de Núñez Feijóo, en el consejo de administración del Deportivo, refuerza las sospechas sobre los vínculos políticos detrás de esta adquisición.
Una fortuna construida entre dos mundos
Hoy, Juan Carlos Escotet ostenta la cuarta mayor fortuna de España, según la lista Forbes 2023. Esta posición privilegiada es el resultado de una hábil navegación entre los mundos político y financiero, tanto en Venezuela como en España.
Su capacidad para prosperar bajo el chavismo y el madurismo en Venezuela, combinada con sus conexiones políticas en España, particularmente con Alberto Núñez Feijóo, han sido fundamentales en la construcción de su imperio financiero.
Mientras el banquero continúa expandiendo su influencia en España, las miradas críticas permanecen fijas en su trayectoria y en las implicaciones de su ascenso en el panorama económico y político del país.
Un patrón inquietante en el fútbol español
El caso de Escotet no es aislado en el panorama futbolístico español. Otros empresarios venezolanos, como Danilo Diazgranados, supuesto dueño en la sombra del Real Valladolid, y Edmundo Kabchi, vinculado al polémico caso del Málaga CF, han sido señalados por su presunta participación en operaciones poco transparentes en el fútbol español.
La entrada de capitales de dudosa procedencia en el fútbol ibérico parece seguir un patrón que preocupa a aficionados y analistas por igual. La utilización de testaferros y estructuras empresariales complejas para ocultar a los verdaderos propietarios de los clubes genera dudas sobre la integridad del deporte y la transparencia en su gestión.
Ronaldo Nazário y el enigma de un inversor venezolano en el Real Valladolid
En una rueda de prensa celebrada en 2020 en el estadio José Zorrilla, el legendario exfutbolista brasileño Ronaldo Nazário, actual presidente y accionista mayoritario del Real Valladolid, se vio envuelto en una polémica sobre la posible participación de un inversionista venezolano en el club. El antiguo astro del balompié, se mostró evasivo ante las preguntas de los periodistas sobre Danilo Diazgranados, a quien describió como un «amigo muy cercano».
La adquisición del 51% de las acciones del Real Valladolid por parte de Ronaldo en 2018, por una suma cercana a los 30 millones de euros, ha estado rodeada de especulaciones sobre el origen de los fondos. El enigma se intensificó cuando salió a la luz que Diazgranados, un bróker venezolano con un historial controvertido, figuraba con una inversión de 5 millones de dólares en el club en su cartera de 2018, sin aparecer oficialmente como accionista.
Ante el cuestionamiento directo de diario EL MUNDO sobre esta discrepancia, Ronaldo respondió con ambigüedad: «No consta que por el momento tenga acciones en el club. No sé de qué se trata. Tendré que ver exactamente lo que es. Ya os contestaré». Esta declaración, lejos de disipar las dudas, avivó las sospechas sobre una posible conexión entre el astro brasileño y el polémico financiero venezolano.
El misterio se profundiza al considerar el perfil de Diazgranados Manglano, un personaje que ha estado en el ojo del huracán por su presunta implicación en tramas de corrupción financiera durante el régimen chavista en Venezuela. Algunas fuentes sugieren que su ingreso al Real Valladolid podría haberse materializado a través de Octavio Boccalandro Orlandino, su representante y figura clave en el entramado empresarial panameño.
Boccalandro, quien dirigió ANDINA CAPITAL, INC., una firma de valores registrada en Panamá en 2008, está vinculado a Eduardo Alberto Iribarren Rendón, presidente de dicha empresa y cabeza de otras dos entidades activas en el país centroamericano: SUMA FINANCIERA, S.A. y SUMA CONSULTORES S.A., dedicadas al microfinanciamiento.
A pesar de las conexiones evidentes y los indicios que apuntan a una posible participación de Diazgranados en el club castellano, Ronaldo ha mantenido su postura, negando categóricamente tener socios y asegurando que su amistad con el venezolano no implica una asociación comercial. No obstante, con el transcurrir de los años, las evasivas de Ronaldo han seguido alimentando las especulaciones en torno a la transparencia de la gestión financiera del club.
De bróker polémico a consuegro de una estrella
La figura de Danilo Diazgranados Manglano trasciende el ámbito futbolístico, proyectándose como un personaje de múltiples facetas en el mundo de los negocios y el jet set internacional. Este broker venezolano, cuyo nombre resuena en los círculos financieros y del espectáculo, saltó recientemente a los titulares por un motivo alejado de las controversias económicas: se convirtió en el consuegro del afamado cantante Luis Miguel.
El 14 de octubre de 2023, en un pintoresco enclave de la Toscana italiana, se celebró el enlace que unió dos dinastías. Danilo Salvador Diazgranados Salvatierra, vástago del polémico financiero, contrajo nupcias con Michelle Salas, hija del «Sol de México». Este evento no solo fusionó dos familias, sino que también sirvió como telón de fondo para exhibir la opulencia y las conexiones de alto nivel que caracterizan el estilo de vida de los Diazgranados.
La trayectoria de Danilo Diazgranados está marcada por una serie de episodios controvertidos que se remontan a su juventud. Desde sus días escolares en Caracas, donde se distinguía por su ostentación de artículos de lujo, hasta su implicación en operaciones financieras de dudosa legitimidad, su vida ha estado envuelta en un halo de misterio y controversia.
Uno de los capítulos más oscuros de su historial involucra su participación en una compleja operación de compra de bonos del gobierno británico. Según documentos internos de una entidad bancaria helvética, Diazgranados actuó como intermediario para el Fondo de Desarrollo Nacional (Fonden) de Venezuela, una institución creada durante el gobierno de Hugo Chávez. La transacción, que involucró la adquisición de 1,3 millardos de libras esterlinas en bonos a través de una empresa offshore denominada Craft Financial, generó cuantiosas comisiones que fueron depositadas en cuentas del Compagnie Bancaire Helvétique (CBH), donde Diazgranados mantenía una relación desde 1991.
Los registros bancarios suizos develaron la magnitud de la fortuna acumulada por Diazgranados, estimada en más de 2 millardos de dólares. Este capital se encuentra diversificado en una amplia gama de sectores, incluyendo seguros, bebidas, bienes raíces y tecnología, con inversiones que se extienden por Venezuela, Estados Unidos, Suiza, Bélgica y España.
En 2008, el bróker decidió establecer su residencia en República Dominicana, específicamente en una lujosa propiedad ubicada en la exclusiva zona de Casa de Campo. Desde allí, expandió su imperio empresarial participando en la construcción del Blue Mall de Santo Domingo, un centro comercial de alto standing que alberga marcas de lujo y un hotel de la cadena JW Marriot.
La vida de Diazgranados no ha estado exenta de sobresaltos legales. En 1993, se vio envuelto en un escándalo relacionado con una serie de atentados con explosivos que sembraron el pánico en Caracas y afectaron al mercado financiero. Aunque logró salir indemne del proceso judicial, el incidente dejó una mancha en su reputación, especialmente por la supuesta conexión con su entonces concuñado, Walter Alexander Del Nogal, señalado como el cerebro detrás de los ataques.
A pesar de los múltiples cuestionamientos que rodean su figura, Danilo Diazgranados ha logrado mantener un perfil relativamente bajo en los últimos años, emergiendo ocasionalmente en los medios debido a sus conexiones con celebridades o por su presunta participación en negocios de alto perfil, como el caso del Real Valladolid. Su historia continúa siendo un tema de interés y debate, ejemplificando las complejas relaciones entre el poder económico, la política y el entretenimiento en el escenario global contemporáneo.
Del sueño a la pesadilla: La caída del Málaga CF y los negocios turbios de otro venezolano en el fútbol español
En el verano de 2024, el Málaga Club de Fútbol se situó en una encrucijada que mezcló la euforia de su ascenso a Segunda División, con la amarga realidad de un pasado turbulento. El gol de Antoñito en el minuto 124 del partido decisivo no solo selló el retorno del equipo a una categoría superior, sino que también reavivó el interés en la compleja trama que ha rodeado al club en la última década.
La historia del Málaga CF es un relato de promesas incumplidas y sueños rotos. En 2010, la llegada del jeque catarí Abdullah Bin Nasser Al-Thani como propietario mayoritario despertó ilusiones de grandeza entre la afición. Se hablaba de convertir al equipo en el «Chelsea de la Costa del Sol», con ambiciones de competir al más alto nivel europeo. Sin embargo, lo que comenzó como un cuento de hadas pronto se transformó en una pesadilla financiera y deportiva.
El descenso del club a Primera RFEF en la temporada 2022-2023 marcó el punto más bajo de esta caída en desgracia. El presupuesto se desplomó de 17 millones de euros a apenas 7,5 millones en un año, reflejando la magnitud de la crisis. La afición, otrora esperanzada, se manifestaba pidiendo la venta del club y recordando con nostalgia los días de gloria cuando figuras como Santi Cazorla, Julio Baptista e Isco vestían la camiseta blanquiazul.
En medio de este panorama desolador, ha emergido la figura de Edmundo Kabchi, un acaudalado empresario venezolano de origen libanés maronita. Kabchi, conocido en los círculos futbolísticos sudamericanos como un «pez gordo», extendió sus tentáculos hasta el Estadio La Rosaleda, a través de un préstamo otorgado a Al-Thani. Esta transacción, lejos de ser un simple acuerdo financiero, ha sido señalada por los críticos como una posible vía para la entrada de capital opaco proveniente de Venezuela, utilizando el fútbol como fachada.
La intervención de Kabchi en el Málaga CF no se limitó a este préstamo. A través de su empresa panameña Fútbol Global Management, adquirió porcentajes significativos de los derechos económicos de jugadores clave del club. Esta estrategia le permitió multiplicar su inversión inicial de manera exponencial. Por ejemplo, con una inversión de 3,5 millones de euros, Kabchi obtuvo derechos sobre jugadores como Sergi Darder y Samu Castillejo. La posterior venta de estos futbolistas le reportó ganancias estimadas entre 10,8 y 12 millones de euros, triplicando así su inversión original.
Estas operaciones, que en la superficie parecían simples transacciones futbolísticas, han sido cuestionadas por su posible papel en el debilitamiento financiero del club. Mientras Kabchi y otros inversores cosechaban beneficios, el Málaga CF se sumía en una espiral de problemas económicos que culminaría con su descenso a categorías inferiores.
Pleitos judiciales y acusaciones: El laberinto legal que envuelve al Málaga CF
El drama que envuelve al Málaga CF trasciende los límites del terreno de juego, adentrándose en un laberinto judicial que mantiene en vilo el futuro de la institución. En el epicentro de esta batalla legal se encuentra Abdullah Bin Nasser Al-Thani, el otrora todopoderoso propietario catarí, enfrentado a la Asociación de Pequeños Accionistas (APA) y la hotelera BlueBay por el control del club.
La chispa que encendió este polvorín judicial se remonta a finales de 2019, cuando la APA interpuso una querella contra la familia Al-Thani, acusándolos de gestión desleal y apropiación indebida. Esta acción legal desencadenó una serie de eventos que culminaron con la decisión del Juzgado de Instrucción Nº14 de Málaga de apartar a los Al-Thani de la dirección del club, nombrando a José María Muñoz como administrador judicial.
La investigación en curso ha puesto al descubierto un entramado de operaciones financieras cuestionables. La Fiscalía, en un informe demoledor, acusó a Al-Thani y a sus hijos Nasser, Nayef y Rakan de utilizar fondos del propio Málaga CF para adquirir acciones del club a través de NAS Football. Esta estrategia, según los investigadores, buscaba asegurar el control mayoritario del club incluso ante posibles reveses judiciales.
El informe fiscal no se limita a señalar a la familia Al-Thani, sino que extiende sus acusaciones a exdirectivos del club como Moayad Shatat, Manuel Novo, Vicente Casado, Joaquín Jofre y Roberto Cano, a quienes calificó de «colaboradores indispensables» en una trama que supuestamente desangró al club mientras su situación financiera se deterioraba.
En paralelo a estas acusaciones, BlueBay, liderada por Jamal Satli Iglesias, ha obtenido una victoria judicial significativa al asegurarse el control del 49% de las acciones de NAS Spain 2000 SL, la sociedad que ostenta casi el 97% del accionariado del club. Este fallo judicial deja a Al-Thani con el 51% restante, un control mayoritario que, de levantarse la administración judicial, le otorgaría nuevamente las riendas del club. Sin embargo, esta mayoría pende de un hilo ante la posibilidad de que se confirme la compra ilegal de acciones imputada por la Fiscalía.
La resolución final de este embrollo legal podría tardar meses, si no años, en llegar. Las consecuencias potenciales son de gran alcance: si se invalida la adquisición de acciones por parte de Al-Thani, este podría perder el control mayoritario del club. Tal escenario abriría la puerta a que BlueBay, con su 49% de las acciones, forme una nueva mayoría junto a la APA o venda su participación a nuevos inversores interesados en el club.
En medio de este torbellino legal, la figura de Edmundo Kabchi ha emergido ante las acusaciones de blanqueo de capitales que salpican al caso. Entre todos los relleno de rumores, se ha llegado a especular que el préstamo otorgado por Kabchi a Al-Thani pudo ser un mecanismo para introducir dinero de origen dudoso en el club, utilizando el fútbol como posible vehículo para el lavado de activos.
La reputación de Kabchi, ya cuestionada por sus operaciones en el Málaga CF, se ve aún más empañada por informes que lo vinculan a transacciones financieras sospechosas. Un reporte de JP Morgan Chase de 2014 señaló numerosas operaciones irregulares relacionadas con el Banco Caroní, entidad venezolana de la que Kabchi es vicepresidente suplente. Según este informe, Kabchi recibió más de 4 millones de dólares en cuentas suizas, transacciones que el banco estadounidense sospechaba estaban ligadas al mercado negro de divisas en Venezuela y al lavado de dinero proveniente de la corrupción y el fraude financiero.
El imperio futbolístico de Kabchi: De Venezuela a España
Edmundo Kabchi Zakia, empresario venezolano-libanés, ha tejido una red de influencias en el mundo del fútbol que se extiende desde Sudamérica hasta Europa. Su trayectoria en este deporte no se limita a sus polémicas inversiones en el Málaga CF, sino que abarca una serie de negocios y conexiones que lo posicionan como un actor relevante en el mercado futbolístico internacional.
En Uruguay, Kabchi es propietario del Club Atlético Boston River, equipo cuyo complejo deportivo lleva su nombre. Este club, fundado en 1939 en el barrio Simón Bolívar de Montevideo, se ha convertido en una pieza más del entramado futbolístico de Kabchi. Anteriormente, el empresario presidió durante nueve años el Deportivo Táchira de Venezuela, hasta su venta en 2016, demostrando su larga trayectoria en la gestión de clubes.
La influencia de Kabchi en el fútbol español no se limita al Málaga CF. Su hermano, Georges Kabchi, es propietario del Albacete Balompié, extendiendo así los intereses familiares en La Liga. Esta presencia en múltiples clubes ha facilitado el movimiento de jugadores, especialmente venezolanos, hacia equipos españoles. Durante su vinculación con el Málaga CF, jugadores como Salomón Rondón, Roberto Rosales, Adalberto Peñaranda y Juan Pablo Añor llegaron al equipo andaluz.
En 2023, Kabchi amplió su presencia en España con la creación de Ven-Invest Fútbol SL, una sociedad que abarca desde el scouting y la intermediación hasta el marketing y la comunicación para jugadores. Esta expansión refleja la ambición de Kabchi por consolidar su posición en el mercado futbolístico europeo.
Sin embargo, la trayectoria de Kabchi no está exenta de controversias. Su papel como vicepresidente suplente del Banco Caroní, una entidad bancaria venezolana fundada por su padre, lo ha puesto en el punto de mira de las autoridades financieras internacionales. El informe de JP Morgan Chase que señalaba operaciones irregulares vinculadas al Banco Caroní y a empresas asociadas a Kabchi ha arrojado dudas sobre la procedencia de los fondos utilizados en sus inversiones futbolísticas.
A pesar de estas sospechas, Kabchi ha logrado mantener y expandir sus negocios en el fútbol español. Su habilidad para sortear obstáculos legales y financieros ha sido notable, permitiéndole continuar con sus operaciones a pesar del escrutinio. La adquisición del 50% de los derechos de jugadores como Ignacio Camacho, Sergi Darder y Samu Castillejo, a través de su sociedad panameña Fútbol Global Management, le generó importantes plusvalías, estimadas en más de 12 millones de euros.
El caso de Edmundo Kabchi ilustra la compleja red de intereses que se teje en torno al fútbol profesional en España. Su historia es la de un empresario que ha sabido aprovechar las oportunidades que ofrece este deporte para expandir su influencia y sus negocios, navegando hábilmente entre las aguas turbulentas de las finanzas internacionales y las regulaciones deportivas.
Mientras el Málaga CF lucha por recuperar su estabilidad y su lugar en el fútbol español, el legado de las operaciones de Kabchi y Al-Thani sigue proyectando una larga sombra sobre el club. La resolución de los casos judiciales pendientes y el destino final de las acciones del club determinarán no solo el futuro del Málaga CF, sino que también podrían tener implicaciones significativas para la regulación de las inversiones extranjeras en el fútbol español.