Una operación conjunta de los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional española culminó con la detención de catorce individuos en diversas localidades de la provincia de Barcelona. Los arrestados, entre los que se cuentan once hombres y tres mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 70 años, estarían presuntamente vinculados al infame cártel mexicano de Sinaloa.

Entre las graves acusaciones que pesan sobre ellos se encuentran el secuestro y posterior asesinato de un hombre de 46 años, hallado sin vida en un bosque de Botarell, Tarragona, el pasado mes de agosto. Según las pesquisas, la víctima también formaba parte de la organización criminal.

El individuo que orquestó tanto la estructura delictiva como el secuestro del fallecido se encuentra entre los detenidos, la mayoría de los cuales son de nacionalidad mexicana.

Tráfico de drogas, blanqueo y violencia extrema

Las autoridades imputan a los catorce detenidos una amplia gama de delitos que van más allá del mencionado secuestro y asesinato. Se les acusa de tráfico internacional de estupefacientes, blanqueo de capitales y otros crímenes violentos.

Durante los registros efectuados en cinco domicilios y un restaurante en territorio catalán, los agentes descubrieron un laboratorio clandestino dedicado a la extracción de metanfetamina, comúnmente conocida como «speed» o «crystal». La sustancia se encontraba impregnada en prendas de ropa y otros materiales sólidos, lista para ser procesada y distribuida. Además, se confiscaron dosis de metanfetamina ya preparadas para su consumo, una considerable cantidad de éxtasis, una plantación de marihuana, armamento de fuego, dispositivos electrónicos y dinero en efectivo.

Lejos de ser el argumento de una serie de ficción sobre narcotraficantes, estos hechos reflejan una cruda realidad que se ha instalado en escenarios cada vez más cercanos para los catalanes.

El inicio de la investigación: Secuestro en el Maresme y desaparición alarmante

Los eventos que desencadenaron esta operación policial se remontan al 31 de mayo de 2024, con el secuestro de un ciudadano albanokosovar en la comarca del Maresme, Barcelona. La investigación, liderada por la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones (UCSE) de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional, reveló que los captores, a pesar de haber asesinado y ocultado el cuerpo de la víctima, continuaban exigiendo un rescate a su esposa, residente en Italia.

La operación, denominada «Dipòsit» por las autoridades catalanas, culminó el 22 de octubre con la detención de los catorce implicados, desvelando la peligrosa presencia de redes criminales internacionales en territorio español. Agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos y del Grupo Especial de Operaciones (GEO) de la Policía Nacional irrumpieron simultáneamente en diversas viviendas y un restaurante en el Maresme, donde se concentraban las actividades de la célula delictiva.

«El Dicho»: El restaurante mexicano en el epicentro de la trama criminal

Restaurante «El Dicho»

Informaciones extraoficiales han revelado que el establecimiento comercial intervenido por las fuerzas de seguridad es el restaurante de comida mexicana «El Dicho», ubicado en el Camí de la Masia, Sant Andreu de Llavaneres, Barcelona. El local operaba bajo la sociedad unipersonal «COMO DICE EL DICHO SL», cuyo nombre coincide con el de una conocida serie televisiva mexicana. La administradora de la empresa es Nora Eszter Fischer, ciudadana de origen rumano y nacionalizada mexicana, quien según las mismas fuentes, sería la esposa del cabecilla de la célula del Cártel de Sinaloa desmantelada.

Cintia Semedo, Nora Fischer y «Mara» Guillén

Dentro del restaurante, Fischer contaba con un equipo de colaboradoras, entre las que se encontraban María Anna Mar Guillén, apodada «Mara» Guillén, y Cintia Semedo, presuntamente originaria de Cabo Verde. Existen fotografías que muestran a este grupo de mujeres en diversas actividades sociales, tanto en el restaurante como en otros entornos, lo que sugiere su posible conocimiento de las actividades ilícitas de la organización.

«Mara» Guillen

«Mara» Guillen

Foto y leyenda difundidas en redes sociales por el grupo de mujeres
En otra foto puede verse también a «Mara» Guillén junto a un cocinero mexicano de nombre Rubén, quien fuese despedido del restaurante, debido a razones desconocidas.

Nora Fischer (cabello rubio) y empleada mexicana (cabello negro)

Nora Fischer y su vínculo con la cónsul mexicana en Barcelona

Entre las presuntas detenidas en el operativo policial se encuentra Nora Fischer, quien además de ser la administradora de «El Dicho» y esposa del supuesto líder de la banda criminal, mantiene una estrecha amistad con Claudia Artemiza Pavlovich Arellano, actual cónsul de México en Barcelona.

Claudia Pavlovich, cónsul de México en Barcelona

Pavlovich Arellano, de ascendencia serbia, era una asidua clienta del restaurante y participaba en diversas celebraciones que se llevaban a cabo en el local, compartiendo con Fischer y su esposo, quien se desplaza en silla de ruedas.

Se desconoce si Fischer, su marido y sus hijos, quienes se cree son de origen rumano, poseen también la nacionalidad mexicana.

La cónsul mexicana tiene una trayectoria política destacada en su país, habiendo ocupado cargos como regidora del ayuntamiento de Hermosillo, diputada local, senadora y gobernadora del estado de Sonora. En enero de 2022, fue nombrada Cónsul de México en Barcelona por el presidente Andrés Manuel López Obrador y ratificada por el Senado de la República.

Controversias y acusaciones de corrupción en la trayectoria de la Cónsul Pavlovich

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México y Claudia Pavlovich, cónsul de México en Barcelona

La carrera política de Claudia Pavlovich Arellano no ha estado exenta de controversias. En junio de 2022, fue expulsada del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenecía, por aceptar el cargo de cónsul en Barcelona, bajo el Gobierno de López Obrador, interpretándose como una medida de «tolerancia cero» hacia los miembros del partido que colaboraran con la administración de Andrés López Obrador.

Claudia Pavlovich, cónsul de México en Barcelona

Además, en México, Pavlovich ha enfrentado acusaciones de corrupción, incluyendo desvío de fondos públicos, tráfico de influencias y abuso de poder.

Claudia Pavlovich, cónsul de México en Barcelona

Sus antecedentes han generado interrogantes sobre la relación entre la cónsul y la esposa del presunto líder de la célula del Cártel de Sinaloa desarticulada en Barcelona, así como sobre el conocimiento que Pavlovich podría tener de las actividades ilícitas que se desarrollaban en el restaurante «El Dicho».

La presencia de la diplomática en el local y su estrecha amistad con Fischer y su marido han añadido un elemento de controversia al caso.

La desaparición del ciudadano kosovar: Un viaje con trágico desenlace

A finales de mayo de 2024, un hombre de 45 años, originario de Kosovo y residente en Italia, viajó hasta la comarca del Maresme, en Barcelona, con el propósito de reunirse con el presunto líder de una ramificación internacional del Cártel de Sinaloa. Tras su llegada, el hombre dejó de comunicarse con sus familiares, quienes denunciaron su desaparición ante las autoridades italianas y catalanas. El padre de la víctima, residente en Kosovo, también reportó la falta de noticias de su hijo a la policía de su país.

La colaboración entre los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional española, la Interpol y la Europol permitió iniciar una investigación conjunta para esclarecer los hechos. Las pesquisas revelaron que el ciudadano kosovar se había desplazado en su vehículo hasta Sant Andreu de Llavaneres y había entrado en la residencia del presunto cabecilla de la organización criminal y su esposa, Nora Fischer, sin volver a salir.

Nora Fischer

Tortura y asesinato: la brutal respuesta a una deuda por droga

Los investigadores determinaron que el ciudadano kosovar fue secuestrado entre el 31 de mayo y el 2 de junio de 2024 en la vivienda de Sant Andreu de Llavaneres. El motivo del crimen sería una deuda de más de 200.000 euros relacionada con la pérdida de un cargamento de droga.

La organización criminal, siguiendo su modus operandi basado en la violencia extrema, torturó al hombre hasta causarle la muerte en los primeros días de cautiverio. La brutalidad del acto pretendía enviar un mensaje de intimidación tanto a la víctima como a cualquier persona involucrada en sus negocios ilícitos.

Para estas organizaciones, la violencia es la herramienta principal para mantener el control y el miedo, demostrando que no toleran fallos ni debilidades, incluso si esto implica acabar con la vida de uno de sus propios miembros. El ciudadano kosovar pagó con su vida el error de haber perdido la mercancía y haber puesto en riesgo las operaciones del cártel.

Ocultación del cadáver y extorsión a la familia: La doble estrategia criminal

Tras el asesinato del ciudadano kosovar, la organización criminal puso en marcha un plan para deshacerse del cuerpo y eliminar cualquier evidencia que los incriminara. Utilizando el mismo vehículo con el que la víctima había llegado al Maresme, trasladaron el cadáver hasta la comarca del Baix Camp, en Tarragona, donde lo abandonaron. El automóvil fue posteriormente devuelto a la zona de Barcelona y abandonado en la vía pública, siendo finalmente localizado por los Mossos d’Esquadra en un depósito municipal, al que había sido trasladado por una grúa.

Mientras tanto, la organización criminal continuó extorsionando a la familia del fallecido, exigiendo el pago de la supuesta deuda por la droga perdida a cambio de su liberación, a pesar de que ya lo habían asesinado. Simulando estar en México, los criminales contactaron al padre de la víctima para reclamarle más de 200.000 euros, enviándole incluso una prueba de vida grabada durante las primeras horas del cautiverio.

El pago del rescate y la investigación secreta de los Mossos d’Esquadra

Presionada por los extorsionadores, la familia de la víctima llegó a pagar alrededor de 30.000 euros en criptomonedas, siguiendo las instrucciones de la organización para dificultar el rastreo del dinero. Sin embargo, la búsqueda de fondos continuó para satisfacer las demandas de los criminales.

El 5 de agosto, los Mossos d’Esquadra confirmaron el fallecimiento del ciudadano kosovar tras hallar su cuerpo en avanzado estado de descomposición en el Baix Camp. No obstante, decidieron ocultar esta información a la familia para no comprometer la investigación y mantener la esperanza de capturar a los responsables.

Durante semanas, los agentes continuaron vigilando discretamente a la organización criminal, sabiendo que sus mimebros aún se encontraban en Cataluña. El objetivo era recabar pruebas suficientes para desmantelar la red y detener a todos sus integrantes. La angustia de la familia se prolongó mientras las autoridades avanzaban en secreto con la investigación, manteniendo la ilusión de un posible rescate que nunca llegaría.

Golpe Policial: Detención de los miembros del cártel y hallazgo del laboratorio

Tras la compleja investigación que se extendió por varios meses, los Mossos d’Esquadra y la Policía Nacional llevaron a cabo una operación conjunta el 22 de octubre. Con la autorización del juez de Reus, quien llevaba el caso bajo secreto de sumario, los agentes irrumpieron simultáneamente en las viviendas de los líderes de la organización, incluyendo la residencia del cabecilla y Nora Fischer, así como en el restaurante «El Dicho» en Sant Andreu de Llavaneres.

La operación, que contó con la participación de los grupos de élite de ambas fuerzas policiales, se desarrolló en la madrugada para minimizar riesgos, dada la peligrosidad de los individuos implicados.

El resultado fue la detención de catorce personas, once hombres y tres mujeres, la mayoría de nacionalidad mexicana y presuntamente vinculados al Cártel de Sinaloa. Las investigaciones posteriores revelaron que la facción catalana del cártel se dedicaba al tráfico internacional de drogas, blanqueo de capitales, secuestro y asesinato. Durante los registros, se descubrió un laboratorio clandestino donde se procesaba metanfetamina impregnada en prendas de ropa enviadas desde México.

Evidencias incriminatorias y el fin del engaño a la familia de la víctima

En el laboratorio desmantelado, además de la metanfetamina en proceso de extracción, se encontraron dosis de la droga ya preparadas para su consumo, una gran cantidad de éxtasis, una plantación de marihuana, armas de fuego, dispositivos tecnológicos y dinero en efectivo. Asimismo, se hallaron indicios que relacionaban directamente a los detenidos con el secuestro y asesinato del ciudadano kosovar, a pesar de los intentos de la organización por borrar las pruebas.

Los agentes de la policía científica de los Mossos d’Esquadra lograron recolectar evidencias cruciales en uno de los chalets utilizados como piso franco por la banda criminal.

Solo después de haber detenido a todos los miembros de la red y al cerebro del secuestro, los Mossos d’Esquadra informaron a la familia del fallecido sobre su trágico destino. El juez titular del juzgado número 2 de Reus mantuvo la investigación bajo secreto para evitar filtraciones que pudieran comprometer la operación y permitir la huida de los implicados. La estrategia resultó exitosa, logrando desarticular la célula delictiva y llevar a la mayoría de los implicados ante la justicia.

La red internacional del Cártel de Sinaloa y su alcance en Europa

La operación «Dipòsit» puso de manifiesto la expansión y el alcance internacional del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más peligrosas del mundo, históricamente liderada por Joaquín «El Chapo» Guzmán.

La célula desmantelada en Cataluña mantenía fuertes vínculos con México y operaba como una ramificación dedicada al tráfico de drogas sintéticas hacia Europa.

El método utilizado para introducir la metanfetamina en España, impregnándola en prendas de ropa, demuestra la sofisticación y adaptabilidad de la organización para evadir los controles policiales. Una vez en territorio español, la droga extraída en el laboratorio clandestino era posteriormente distribuida en diferentes países europeos.

Consecuencias judiciales y el impacto en la comunidad catalana

Tras las detenciones, la mayoría de los implicados en la trama del Cártel de Sinaloa en Cataluña fueron puestos a disposición judicial e ingresaron en prisión preventiva. Se espera que enfrenten cargos por tráfico de drogas, blanqueo de capitales, secuestro y asesinato, entre otros delitos.

El caso ha generado gran conmoción en la comunidad catalana, especialmente en la localidad de Sant Andreu de Llavaneres, donde se encontraba el epicentro de las actividades criminales.

La presencia de una célula del narcotráfico internacional en un entorno aparentemente tranquilo ha puesto en alerta a los residentes y ha generado preocupación sobre la seguridad en la zona.


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